Interiorismo para un ático en la calle General Bravo, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Calle General Bravo 31. 35002 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2016
Superficie total construida
97,17 m2

Agentes:

Arquitecta
Silvia Espino Dávila
Arquitecto
Alexis Hanna Castellano
Arquitecto colaborador
Daniel Castañeda Yanguas
Constructor
Momprudecor SL
Promotor
Particular

Memoria

La emoción de lo doméstico

Este ático firmado por nuestro estudio se encuentra en pleno casco urbano de nuestra ciudad y es el producto de transformar un piso antiguo (construcción de 1955) en una vivienda cómoda, luminosa y diáfana adaptada a las necesidades de sus nuevos propietarios.

Nos encontramos con un espacio muy compartimentado conforme a la estructura tradicional de la época en la que un pasillo que hacía de espina vertebral daba acceso a cada una de las dependencias y donde alguna de las estancias hacía inevitablemente de área pasante.

Los nuevos propietarios deseaban una vivienda abierta, donde la luz discurriera con facilidad. Sólo necesitaban un dormitorio, que fuera amplio y con capacidad de almacenaje; que el resto del espacio conformara la vida de día y que en él hubiera integrado un pequeño núcleo de trabajo. Era importante que la terraza se convirtiera en una estancia más de la casa y como condición sine qua non debíamos incluir una bañera de hidromasaje en la propuesta.

Fue instantáneo y obvio entender que el área de noche se situaría al fondo mientras que el área de día se colocaría vinculada a la fachada rematándose en la terraza como continuidad del área de estar.

La entrada: Lo íntimo y el efecto sorpresa

Precisamente por ese carácter diáfano de la vivienda era importante plantearnos “la entrada” como un espacio íntimo a la vez que recogido para que no robara, tampoco, intimidad al que habita el lugar.

Por otra parte, entendíamos que “la llegada” que debía respetar la intimidad no podía darse de una forma obvia, así que dotamos a este momento de un “efecto sorpresa”: Llegar a un espacio singular, distinto en cierta medida al que van a encontrarse cuando lo atraviesen. Un lugar donde todo es blanco, donde la luz penetra con intensidad y se refleja en un gran espejo, pero un lugar que, sin embargo, permite que tu vista pueda fugarse a través de huecos que te dejan ver que hay otro “paisaje” unos pasos más allá.

Continuidades: Esculpir el vacío

Una vez adentrados en la vivienda, dejando atrás el vestíbulo, salón-cocina-comedor y área de trabajo aparecen engranadas en un único espacio donde cada zona funciona independientemente pero donde, desde cada una de ellas, se vincula la siguiente.

No podemos entender el lleno sin el vacío, así como no podemos entender el vacío sin el lleno. Es por eso que dar forma y lugar a las estancias es para nosotros “esculpir lo hueco”, y es así como surgen nuestros muebles, y nuestros techos (iluminados a menudo), y es así como se integran y se entienden los materiales en su disposición como revestimientos.

Se trata de esculpir el vacío, es el mobiliario, que funciona como un “paramento vivo”, el que camina y se moldea según pida el espacio. El mobiliario cumple su función de almacén como condición inherente pero a lo que realmente da respuesta es a la materialización de los usos, de los ambientes, de los recursos y de los vínculos espaciales.

Todos los revestimientos se implican en esta idea de fluidez, de continuidad; el pavimento, de madera de sucupira maciza, se extiende a la terraza dejando patente que el área de estar no termina donde una puerta de vidrio hace de cerramiento, sino que se asoma al exterior donde el cielo le hace de techo.

Los muebles lacados en blanco, además de conformar paramentos verticales se extienden a los techos, que también son esculpidos dejando huecos a las luminarias, y la superficie del suelo a menudo se replica en el mobiliario como si éste pudiera elevarse a cualquier otra cota con cualquier otra forma.

Pero es el ojo el que no encuentra límite: de dentro hacia afuera, de lo íntimo a lo privado, de lo privado a lo más privado…; en esta residencia la vista no tiene donde detenerse salvo que uno así lo decida, entonces encontrará recursos.

Siendo el dormitorio un área reservada, puede quedar también conectada con el resto del espacio a través de una puerta corredera.

El dormitorio es una gran suite con un baño completo que puede, o no, formar parte de lo mismo, siempre y cuando el usuario decida abrir o cerrar el estor integrado y mecanizado que separa ambos usos.

La bañera aparece como elemento del baño, pero externo a sus “supuestos límites” y funciona como rótula entre el mismo y el área de tocador anexa.

Los armarios se materializan como paramentos verticales que conforman distintos ambientes dentro de la estancia así que no existe un vestidor como tal, no es importante que se definan las áreas, lo importante es que los usos den carácter al espacio.

Iluminación: El control de la sensación

Son los techos otra superficie que se modula, que esculpe el vacío con la intención de albergar en sus huecos espacios de luz artificial que consigan, al llegar la noche, dotar al espacio de un sentido coherente a la emoción del que lo vive.

La iluminación debe favorecer el bienestar emocional de sus habitantes y debe, además, subrayar el objeto de proyecto. Si la luz hace la forma, no podemos dejar al libre albedrío la forma cuando desaparece la luz. La luz con intención, con el uso de patrones de iluminación, con niveles de iluminación variable, con la temperatura de color adecuada y con la intención exacta produce estados de ánimo adecuados, los mismos que queremos provocar cuando diseñamos, cuando proyectamos inspirados por la luz natural.

Reflejos: La mentira que engrandece

Se puede detectar en el proyecto el juego de superficies reflectantes: espejos, cristales y cristales lacados. Estratégicamente colocados amplifican el espacio, dan mayor campo visual al observador y replican incansablemente los límites.

Es otra manera de esculpir, la forma virtual en que las continuidades se manifiestan y también en la que la luz se repite.

Hace muchos años que defendemos que el espacio, lo que éste nos provoca cuando lo experimentamos, influye directamente en nuestro bienestar emocional

Ya más que demostrado está que nuestro bienestar emocional incide directamente en nuestra salud. ¡Así que pretender vivir en un espacio acorde a nuestras necesidades y donde los resultados conectan directamente con nuestros resortes sensoriales más positivos es uno de los mejores regalos que nos podemos hacer a nosotros mismos!

Trabajar el espacio de manera integral, vinculando y comprometiendo todo lo que definitivamente define un proyecto es una oportunidad que desde nuestro estudio siempre intentamos llevar a cabo.

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