Rehabilitación de la antigua Caja de Reclutas en Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Calle Reyes Católicos 30 esquina García Tello 2. 35001 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2013
Superficie total construida
848 m2

Agentes:

Arquitecto
José María González Ibáñez
Arquitecta
Patricia Castello Pascual
Ingeniero Industrial
José Antono Angulo García
Ingeniero Telecomunicaciones
Carlos Hernández López
Arquitecto técnico
Tomás Hernéndez Salas
Coordinador Seguridad y Salud
José Mena
Arquitecto estructura
Juan Carlos Reveriego
Arquitecto asesor Cabildo G.C.
Vicente Hernández
Arquitecto asesor Cabildo G.C.
Alberto Nuñez
Arquitecto asesor F.J. Negrín
Valeriano Mora
Arquitecto Colaborador
Eduardo Martín del Toro
Arquitecto técnico colaborador
Elena Zamarreño Barreto
Constructora
Ute Preconte VVO
Jefe de Obra
Juan Cristobal Alamo

Memoria

La Fundación Juan Negrín está ubicada en el edificio antiguamente conocido como la “Caja de Reclutas” situado en el Barrio de Vegueta, en Las Palmas GC. El inmueble está cedido por el Cabildo de Gran Canaria, que promovió la rehabilitación.

En el año 2009, mediante una licitación pública el arquitecto José María González Ibáñez recibe el encargo de la rehabilitación y reforma de la “Caja de reclutas” para convertirlo en un centro cultural sede dela Fundación Juan Negrín .

Del proyecto destaca la recuperación del patio como espacio convergente de las actividades culturales que se desarrollan alrededor: salas de exposición, biblioteca y salas de consulta.

La fachada interior del patio se dibuja con un carácter unitario, sin artificios, que predispone el espacio versátil que es. Para ello se eliminan los obstáculos que recortan la circulación perimetral en cada planta.

El espacio destinado al Archivo y sus requisitos de seguridad y conservación son objeto de especial atención.

En el fondo de parcela se distribuye el núcleo de servicios y comunicación vertical que permite el acceso a las plantas superiores y al nuevo espacio en sótano destinado a las instalaciones.

En lo que respecta al valor cultural de la edificación, el Plan General de Ordenación de Las Palmas de GC, considera su uso cultural y cataloga la construcción como Edificio de interés histórico y tipológico. Deben mantenerse los elementos que lo definen (fundamentalmente la estructura y el patio) y por supuesto la fachada, que debe ser conservada. Las obras permitidas únicamente podían ser las necesarias para rehabilitar el edificio y ponerlo en uso.

La antigua Caja de Reclutas era un edificio que requería de una intervención integral. Estaba sujeta al nuevo programa de necesidades para uso cultural, pero también era necesario atender los parámetros de conservación y reparación de patologías en la construcción original y adaptándose la intervención a todas las normativas, tanto sectoriales como de construcción.

Una de las premisas que nos auto impusimos a la hora de abordar el proyecto fue que no hubiese dudas entre lo que era nuevo en el edificio y lo que era original que se rehabilitaba. De todas maneras, como ya se sabe, la excepción confirma la regla.

Accesibilidad y protección contra incendios fueron los dos mayores retos normativos a los que tuvimos que enfrentarnos como proyectistas si queríamos conservar la esencia del edificio.

Por un lado, el patio estaba a una cota superior al nivel de la calle, por lo que debíamos alcanzar esa cota sin comprometer en exceso el espacio de entrada, por el otro, el volumen que nos permitiría acceder a la azotea en ascensor estaba al fondo del edificio, con lo que la accesibilidad comprometía la evacuación por las distancias y los itinerarios de evacuación y longitudes máximas.

La disposición del archivo en la pared medianera, junto con la existencia de una segunda puerta en la fachada en esa misma crujía nos permitió resolver el problema de alcanzar la cota del patio mediante una rampa en “L” que también sirve para facilitar el transporte de mercancía ya sea para el archivo como para las exposiciones.

Se resolvió la evacuación por un núcleo de comunicaciones vertical al fondo del edificio porque se proyectó como un sector de incendios independiente. Esto nos obligó a que las carpinterías fuesen establess al fuego y no pudiesen ser de madera como el resto del edificio, sin embargo, el resultado final del espacio proyectado compensa con creces esa pequeña concesión.

El otro gran tema con respecto a la protección contra incendios (y también la sobrecarga de uso) eran los forjados de madera. Por un lado son un elemento característico del edificio, esas viguetas vistas y bóvedas entre ellas le daban carácter e historia al edificio. Por el otro, era claramente insuficiente, no sólo para soportar los nuevos usos, sino también como elemento estable en caso de incendio.

La solución vino por un forjado mixto de hormigón- madera, usándose las maderas existentes a modo de negativos de una losa de hormigón con conectores de acero como elementos de unión.

En el patio se decidió eliminar la pasarela perimetral existente de hormigón que en algún momento de la historia del edificio sustituyó a otra de madera, probablemente porque estaba deteriorada. Se optó por una pasarela apoyada en los muros volando sobre todo el perímetro del patio, aportándole modernidad a ese patio y a su vez recuperando sensaciones originales.

Desde el punto de vista de las patologías que afectaban al edificio, la mas importante era la relativa a las humedades por capilaridad. Muros y suelos húmedos, paredes desconchadas y zócalos de1 metro hechos con paneles de madera para ocultar las humedades por capilaridad nos obligaron a proyectar medidas con diferentes enfoques que garantizasen que en el futuro no se reproducirían. El valor y la necesidad de conservar el archivo de D Juan Negrín obligaba a un gran esfuerzo en esta materia.

Las medidas que se tomaron fueron las siguientes:

  1. Saneado de todos los acabados de los muros, dejando la piedra vista y permitiendo que se seque.
  2. Levantado de todos las soleras del edificio, colocación de una capa de grava de20 cm en toda la superficie sobre la que luego se construiría una solera de hormigón armado previa colocación de una lámina de polietileno.
  3. Revestimiento de las paredes con morteros y pinturas transpirables, de tal manera que si llegado el caso hubiese humedades que ascendiesen por capilaridad, el agua saldría del elemento constructivo sin dejar daños.
  4. Se impermeabilizó la solera del patio, y así evitar que el agua empape el terreno bajo el patio como había estado ocurriendo, evacuando el agua mediante la red de pluviales.
  5. Instalación de un sistema de inversión de la osmosis que provoca el ascenso por capilaridad mediante el uso de aparatos de radio frecuencia, que invierten la polaridad del agua y que no sólo impiden que suba sino que el agua va hacia auera termiando por secarse los muros.

En la fachada se aprecian elementos de sillería de Arucas. Además de un basamento de piedra en el primer metro de fachada, las puertas y ventanas están delimitadas por piedra. Para la reparación, se llevó a cabo la limpieza superficial de la piedra con chorro de silicato de aluminio y se sustituyeron algunas de las piezas en peor estado.

Respecto a la carpintería del edificio se confirmó la mala calidad y el incumplimiento de los requisitos de estanqueidad al aire y al agua, por lo que no se aconsejó su restauración, sino su sustitución. La nueva carpintería de madera debería cumplir también los requisitos de aislamiento al ruido.

Las instalaciones no se han empotrado en los muros de la estructura, sino que van sobre puestos y ocultos por trasdosados de placas de yeso laminado, que se manifiestan claramente como nuevos elementos añadidos.

El archivo de Juan Negrín se custodia bajo múltiples medidas de conservación y seguridad, como sensores antibutrón, extinción de incendios por consumo del oxigeno, dobles equipos de control higrotérmico o alarmas y videovigilancia.

Pensamos la rehabilitación dela Caja de Reclutas consiguió su objetivo inicial, un edifico con carácter y tradición que reescribe su historia en el siglo XXI.

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