Comedor Universitario de la ULPGC en el Campus de Tafira, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Campus Universitario de Tafira. 35017 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2013
Superficie total construida
720 m2

Agentes:

Arquitecto
Manuel José Feo Ojeda
Constructor
Joca SL
Arquitecto técnico
Alfredo Santiago Moro
Fotografo
José Ángel Bueno García
Fotografa
Meritxell Álvarez Rojas

Memoria

En la Ampliación y Reforma del Comedor Universitario en el Campus de Tafira la intervención se propone como una nueva capa que se superpone a la ya larga historia de la construcción del Comedor. La edificación tiene su origen en una antigua nave de uso agrícola a la que se le fueron añadiendo sucesivas ampliaciones para el mismo fin. Afectadas por la progresiva desaparición de los cultivos que se hallaban en el entorno de Tafira situada al oeste de la ciudad de Las Palmas, las construcciones derivan en ruina.

Es sobre la traza de estas donde en los años ochenta se interviene para realizar el Comedor Universitario original. El proceso de crecimiento incorpora una nueva construcción para las cocinas que se sitúa ligeramente girado respecto del resto del conjunto y genera un intersticio triangular en medio, la reconstrucción de una crujía paralela a la original y la aparición de dos pirámides de hormigón que definen un patio de planta cuadrada.

Al final de los años noventa, el Comedor queda progresivamente en desuso.

Nuestra intervención actúa redibujando la huella arqueológica de lo existente y se propone generar un solo plano de uso, solucionando los excesivos desniveles del edificio precedente, al mismo tiempo se cubre el patio y se descubre el espacio triangular entre el cuerpo de cocinas y la zona destinada a comedor propiamente dicho. La torre de filiación posmoderna añadida en los años ochenta se vacía y se limpia de aditamentos, el nuevo acceso se desarrolla en una rampa de tres tramos que separa al usuario del mundo exterior y permite simultáneamente la total accesibilidad para discapacitados. Los aseos se resitúan en el espacio de la nave original y se soluciona un bypass circulatorio con el área de cocinas mediante un pasadizo acristalado. No obstante las acciones descritas solo se desarrollan en el ámbito de un correcto oficio edificatorio.

El proyecto desea situarse además, como mecanismo de intensificación de algunas situaciones que podemos reconocer en el entorno: habitar el jardín inmediato con la materialización de una plataforma de hormigón que se inserta entre las palmeras y tabaibas cercanas, ofrecer un variado repertorio espacial al visitante asiduo, para hacer su estancia diaria más intensa, abrir el espacio al exterior mediante un diafragma de vidrio que refleja la vegetación, y abrir hacia el cielo perforando las pirámides para generar lucernarios que apuntan distintas escenas de luz a lo largo del día, Los nuevos huecos serán bajos para mirar mientras estamos sentados y la iluminación artificial adopta el aspecto de artefactos mutantes que habitan los espacios vacios sobre nuestras cabezas.

La experiencia espacial es horizontal la mayor parte del tiempo excepto en el ámbito del patio central donde la nueva cubierta se pliega hacia arriba para romper la isotropía de la planta, acabado en pvc tensado de terminación reflectante, el volumen central opera como mcguffin espacial, atrapando en su superficie interior la mas mínima variación en la intensidad y color de la luz diurna.

Él otro espacio vertical es el vaciado de la torre donde una luminaria metálica de carácter escultórico pone en valor el vacio recuperado. Desde la cercana Escuela de Arquitectura el edificio se mimetiza con el cielo tras él. El acabado metálico lacado en blanco hielo reverbera con los matices lumínicos del aire y a veces solo es posible divisar el hueco sobre el volumen como la flotante sonrisa del gato de Cheshire…

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