Edificio Pasarela en la Feria del Atlántico, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Avenida de la Feria 1. 35012 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2015
Superficie total construida
3.217,68 m2

Agentes:

Estudio
Romera y Ruiz Arquitectos
Arquitecto
Pedro Romera García
Arquitecta
Ángela Ruiz Martínez
Promotor
Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria
Constructor
Satocan SA
Arquitecto técnico / aparejador
Edward Lynch
Instalaciones
Constantino J. Gonzalvo Ortiz
Estructuras
Ventura y Machado Arquitectos
Arquitecta colaboradora
Rocío Acosta Martínez
Arquitecta colaboradora
Yudit Barreto Martín
Arquitecta colaboradora
Paula Cabrera Fry
Arquitecto colaborador
José M. López Cabrera
Arquitecto colaborador
Carlos Marrero Macías
Arquitecta colaboradora
Rocío Narbona Flores
Arquitecta colaboradora
Tamara Narbona Flores

Memoria

Desplegar puentes, proyectar nuevas relaciones en el recinto INFECAR. La propuesta resuelve múltiples conexiones a distintas cotas, pone en relación el entorno inmediato con los espacios interiores. El edificio se puede abrir y conectar con la planta alta del edificio Incube, a través de una pasarela que conecta las plantas altas de ambos edificios sobre la calle interior del recinto; el acceso principal de Incube; la calle perimetral del recinto ferial; varios puntos desde la plaza elevada; el patio interior, espacio intermedio, filtro entre la plaza y el interior; y con las instalaciones generales del recinto a través de una galería de instalaciones bajo rasante. La propuesta plantea una nueva relación de equilibrio con el entorno en este extremo del recinto ferial, activando esta frontera, hasta ahora entendida como trasera marginal.

Se interpreta la normativa y el lugar a favor de la espacialidad interior a través de la exploración de relaciones espaciales que se extienden más allá de los límites físicos establecidos. Las dos alturas exigidas por la norma se amplían en un vacio de triple altura. El proyecto envuelve espacios de intercambio y define espacios discretos, contactos entre calles, entre la plaza y el patio, entre la terraza y los espacios de trabajo, entre este edificio y otras edificaciones próximas. Esta propuesta exhibe una perspectiva diferente a cada orientación empleando los mismos materiales, hormigón, aluminio y vidrio dispuestos en espesores variables, habitables, visitables y registrables. La pasarela, de sección en U, es absorbida por el espesor de la fachada poniente. Los muros de hormigón se extienden para formar el tapiz de la plaza en bajo relieve, los límites de la parcela se disuelven en el espacio interior. La luz se tamiza al interior en gradientes según los espesores proyectados y la orientación de las lamas programadas. El interior, cuya máxima expresión se registra en la triple altura, es sensible a la variación de la luz natural.

El acceso principal por la fachada sur, trasera en el actual recinto, permite dejar una planta bajo rasante, según consideraciones del planeamiento que regula en dos alturas la edificación en esta parcela. Agotamos la edificabilidad máxima impuesta en las tres alturas, esto nos permite disfrutar de una triple altura en el volumen interior, dispuesta en continuidad con el patio inglés. Decisión que multiplica y amplifica las cualidades espaciales del edificio, dotándolo de un espacio de relación, como un gran vestíbulo.

El viejo concepto de planta libre, que permite liberar la fachada del edificio de funciones portantes, se emplea en busca de versatilidad, vibraciones y variaciones cambiantes, protección y representatividad. La piel del edificio es una membrana activa y reactiva con funcionalidad domótica. Esta fachada reacciona a las solicitaciones exteriores, a las exigencias del programa, a sus polivalencias y especificidades. La elevada radiación ultravioleta que incide en Canarias, exige un alto factor de protección solar. Pensamos una fachada brisoleil, compuesta por lamas de sección triangular de aluminio anodizado agrupadas en series de seis, dispuestas sobre unos perfiles en cuadradillo a modo de carriles que reciben las articulaciones con los ejes verticales que permiten cuatro giros. Estos elementos han sido diseñados y fabricados para este edificio. La envolvente se torna opaca o más transparente según su posición, además este envoltorio varía de color gracias al juego bicolor azul-gris de las lamas.

La energía como actividad, fuerza de acción, sugerente como argumento proyectual en un espacio de coworking. El enlace se convierte en leitmotiv para la forma y la función de este proyecto. Favoreciendo la movilidad del conjunto, la integración y la flexibilidad espacial, la fluidez de este concepto espacial se traslada en forma de dinamismo al usuario. Una actuación capaz de intercambiar energía con su entorno, relaciones cargadas de entalpía. El edificio en sus múltiples conexiones extiende sus espacios interiores enraizándose en el lugar y activando este fragmento del Recinto Ferial de Canarias.

Localización: