Edificio Incube en la Feria del Atlántico, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Avenida de La Feria. 35012 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2012
Superficie total construida
1.116 m2

Agentes:

Estudio
Romera y Ruiz Arquitectos
Arquitecto
Pedro Romera García
Arquitecta
Ángela Ruiz Martínez
Promotor
Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria
Constructor
Satocan SA
Arquitecto técnico
Manuel Hernández Vera
Instalaciones
CQ Ingenieros y Asociados
Arquitecto colaborador
Jorge Hernández Fernández
Arquitecto colaborador
Daniel Domínguez Morales
Arquitecta colaboradora
Rocío Narbona Flores
Arquitecta colaboradora
Paula Cabrera Fry

Memoria

Cómo definir la luz de Las Palmas, la luz como materia. Pensar la arquitectura en función de la luz. El paso del tiempo a través de la observación de la luz y sus sombras asociadas nos dibujan relaciones cíclicas espacio temporales. Otras preocupaciones y reflexiones que nos abordan afloran también en las decisiones tomadas para este proyecto, materia y paso del tiempo, materia y forma, materia informal. La arquitectura no es sólo cuestión de formas, la entendemos próxima a la construcción de un paisaje de relaciones, incluso podría ser una alteración intencionada de esa compleja red de relaciones que forma la ciudad. La arquitectura se concreta en formas, cuando interactúa con ciertas materias, como la luz, las transforma. La ausencia de formas predefinidas es propia de procesos en continuidad, la informalidad lógica en las evoluciones permanentes y cíclicas. Habitamos espacios que se llenan de aire y luz. Manipulamos la luz para cualificar los espacios, para hacerlos experimentables, dependerá de cada usuario hacerla reconocible para recordar la experiencia de cada espacio y que sea merecedora de ocupar un espacio en la memoria. Nos protegemos del agua de lluvia, la canalizamos, disponemos instalaciones de protección contra el fuego. Empleamos el poder de la luz para cambiar el aspecto de las cosas, de los volúmenes, de las aristas, de los espacios.

La luz es como el agua (García Márquez, 1978). El fluir continuado de la materia es su esencia. La arquitectura es una interferencia en su emisión de energía, al interferir, transforma algunas propiedades, dirección de los rayos, reflexión de parte del espectro, absorción, la esencia de la materia es inalterable. La arquitectura da forma a la materia informal, la atrapa y al capturarla la formaliza, la apellida. Explicar cómo cambia el aspecto de los espacios según las cualidades que aporta la luz. Pensamos este edifico inmerso en las cualidades de la luz de Las Palmas, participando de sus diversidad y riqueza cromática, este edifico es ligero por dentro y pesado por fuera, característica intensificada por la luz natural. La luz y luminosidad de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, en sus ciclos de matices infinitos nos regala días de sombras difusas en distintos niveles de densidad, momentos de intensidad y nitidez, en otras ocasiones es cálida, reflejada entre las nubes y el Atlántico, … exige una mirada atenta para incorporarla como materia en los espacios interiores. Juan Luis Trillo en sus apuntes de clase la describe como “materia envolvente, continua, nos permite sumergirnos en ella, igual que en el viento. La continuidad de las sustancias primarias permite producir interpretaciones diferentes y, por tanto, transformaciones nuevas”. Atendiendo a sus enseñanzas, incorporamos la luz como energía que transforma la materialidad del hormigón, el metal o el vidrio, el espacio. Las sombras arrojadas de la textura de los prefabricados transforman la percepción de la fachada poniente y en combinación con los huecos y terrazas, sus sombras son más profundas, y enseñan una cara del edificio más expresiva, dura y opaca. En días grises, la diferencia entre el exterior pesado e interior ligero se acorta, la ausencia de sombras delimitadoras rebaja el contraste, la luz difusa del interior se aproxima a la luz difusa de los días nublados. Solo la textura del hormigón contrasta con el interior más terso.

La propuesta reacciona con lógica al entorno, al contexto económico y social (la crisis del sector de la construcción y los condicionantes de este barrio periférico entre-barrancos); a la climatología (latitud sobre-expuesta a rayos UV) y a las exigencias del promotor, unos plazos muy reducidos para la redacción del proyecto y para finalizar la obra. Completamos una manzana construyendo en el solar en esquina de 43,20 x 13m y conectamos con los niveles del edificio existente en medianera norte. La obra se ejecutó de agosto a diciembre.

Modulamos el edificio en rebanadas de 1,35m, dimensión óptima para la ejecución apresurada de la obra y conformadora de espacios de trabajo funcionales mínimos. Empleamos elementos prefabricados, una serie de 32 módulos por 1,35 nos completaban los 43,20m de la fachada longitudinal. Realizamos una elección mesurada de materiales con disponibilidad y tecnología en la isla, nos decidimos por el hormigón, aluminio y vidrio.

La interacción entre exterior e interior captura luz natural difusa confortable para trabajar, permite la ventilación cruzada del Alisio, aire acondicionado gratis en Canarias, sólo precisa entradas y salidas adecuadas. La envolvente la acabamos con fachada ventilada a sur, y una solución con mayor inercia térmica a poniente, minimizando la conductividad. La fachada longitudinal queda disponible para ser habitada. Disponemos terrazas a modo de mini patios como valor añadido al espacio de trabajo, un plus al programa de partida, que aporta sensación de expansión y relación con otros módulos de trabajo. El alzado opaco, queda protegido, con sombras auto-proyectadas. Se alcanza una temperatura interior menor a la exterior de unos 5°C, sin gasto energético. El edificio responde a las variaciones térmicas anuales, por ejemplo, mantiene la temperatura de confort en tres jornadas con calima.

La espacialidad interior pretende una puesta en valor de las relaciones funcionales, indagaciones sobre disposiciones flexibles y adecuación entre usos y calidad espacial, en búsqueda de un equilibrio entre superficies mínimas para las oficinas para jóvenes empresas y la espacialidad medida en metros cúbicos. Incorporamos relaciones diagonales, para ofrecer el dinamismo supuesto a estos programas, incubadoras para jóvenes emprendedores. Por este motivo, también, la envolvente orientada a poniente adquiere el espesor suficiente para ser ocupada, cada espacio de trabajo mínimo asoma al exterior a través de una terraza. La piel a poniente es de hormigón con textura, las perpendiculares a esta orientación son de aluminio y vidrio.

La decisión de colocar el acceso principal en la parte más elevada de la parcela nos deja una de las alturas bajo rasante, de tal manera que pese a las dos alturas reguladas por el planeamiento, distribuimos la edificabilidad otorgada a esas dos plantas entre las tres que obtenemos, en favor del espacio interior, más poroso. Esta porosidad se hace visible desde el exterior a través de la profundidad de los huecos de la fachada corta. Los espacios interiores de relación y circulación quedan inundados por la luz natural, introducida por los lucernarios, emergentes en cubierta, orientados a Norte. El resultado procura contraste entre la gravedad del exterior y la levedad del interior. Entre las sombras proyectadas de la envolvente y la luminosidad albergada. Juego entre materialidad y espacialidad en varias escalas de texturas de sombra y luz.

Localización: