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Memoria
En el patio de la Escuela Infantil La Herradura de Telde se construye un pequeño paisaje orgánico que se opone, superpone, a la rigidez tipológica del edificio original. El color vivo y las sombras blandas llenan de movimiento el nuevo patio que queda así convertido en un paisaje completo. Como en los pilares del salón de Villa Mairea los soportes se desvanecen y el tratamiento satinado del envés de la nueva cubierta capta los reflejos luminosos colaborando a fragmentar una realidad impresionista formada por manchas de colores. El patio se convierte así en el escenario de una representación, en un escenario ilimitado y adecuado a la magia de los juegos infantiles. Mientras los árboles se asoman desde el exterior, la nueva cubierta ha sido permisiva sólo con ellos y con las nubes, el resto ha quedado borrado del cuadro. Juan Luis Trillo de Leyva (2010)
A final de curso, contactan con nosotros para informar sobre el estado de la marquesina perimetral de hormigón armado del patio de la escuela infantil. Una vez en el centro constatamos las grietas y fisuras provocadas por la disociación entre hormigón y acero. Coincidimos en el patio con técnicos municipales y la dirección del centro. Era uno de esos tantos días calurosos y luminosos propios de nuestra latitud. Aprovechamos la ocasión para plantear, a las partes implicadas, una reforma más allá de la pasivación de las armaduras y posterior recubrimiento con resinas y morteros especiales, dada la insuficiencia del alero existente en varios aspectos. El solitario sumidero central del patio generaba problemas en la evacuación de aguas pluviales. La convicción sobre la necesidad de sombrear en Canarias es tan evidente que la propuesta fue bien acogida. Mejorar ese espacio vital para la escuela se tornaba tan esencial como impedir la caída de cascotes. Calentándonos las cabezas bajo en sol implacable, cada parte expuso sus condiciones: la dirección exigió realizar la reforma en dos meses, los de verano, para interferir el mínimo en la cotidianeidad de los padres; el ayuntamiento limitó el presupuesto a cincuenta mil euros; nosotros aceptamos en reto de generar sombra y protección para los juegos de los niños en el espacio central de 18 x 18m, además de proyectar un nuevo suelo y su drenaje. La cubierta propuesta responde a la necesidad de generar sombra y protección para los juegos de los niños. La forma creada dibuja la envolvente exterior de los recorridos más directos entre aulas y accesos. La resultante es una especie de pieza de puzle, encajada en el edificio existente con el máximo respeto, casi sin tocarlo. Desde el interior, la cubierta muestra la apariencia de levedad pese a los 60m3 de hormigón armado que contiene, con un canto variable de 30 a 20 cm. La cubierta se cuelga por su cara superior del canto del forjado perimetral existente, para dejar el patio libre de obstáculos, minimizando el número de pilares. Estos apoyos metálicos, perfiles circulares de 114 mm x 5,4 mm de sección, se colorean como un bosquecillo, jugando a camuflarse cromáticamente con las paredes envolventes. La losa-cubierta se ancla al forjado existente con perfiles HEB-120 que atirantan el perímetro y su área de influencia. Este plano suspendido cambia el carácter del espacio que cubre, consigue una visión expresiva y unitaria del conjunto. Además, permite controlar el soleamiento, el agua de lluvia y otorga más intimidad a las aulas. El paisaje proyectado para el interior de la escuela proyecta sombras arrojadas y color sobre las fachadas perimetrales de las aulas existentes. Un espacio interior intermedio, entre la rugosidad antideslizante del nuevo pavimento continuo y la cara satinada de la cara inferior de la cubierta propuesta. La decisión de descolgar la cubierta 36cm respecto del canto del forjado de las aulas perimetrales existentes, acerca este espacio intermedio resultante a la dimensión del niño. Esta acción de acotar la altura del patio la compasamos al dejar pasar la luz natural por todo el perímetro.
Conseguimos materializar la propuesta respetando las condiciones de partida, bajo el rigor caluroso del mes de septiembre se abrió de nuevo la escuela. La resultante se alineó, grosso modo, empleamos 60 días, 60 metros cúbicos de hormigón con una inversión total que rondó los 60 mil euros. Los implicados y usuarios quedamos a-sombr[e]ados.
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