Vivienda unifamiliar en Paseo de Chil, Las Palmas de Gran Canaria

Ubicación
Paseo de Chil 183. 35014 Las Palmas de Gran Canaria
Año de terminación
2010
Superficie total construida
389,10 m2

Agentes:

Arquitecta (proyecto-dirección)
Eva Llorca Afonso
Arquitecto (proy. ejecución)
Ricardo Santana Rodríguez
Arquitecto (estructuras)
Hugo Ventura Rodríguez
Arquitecto técnico
Daniel Tercedor García
Ingeniero instalaciones
Antonio Vera de Cominges Rodríguez
Constructor
Construcciones Acaymo SL
Fotógrafo
Miguel Curbelo Ekstrand
Promotor
Particular

Memoria

Habitando paisajes a la sombra de dos contenedores flotantes

La vivienda se construye en una parcela con unas condiciones muy particulares y se desarrolla en respuesta a ellas, así como al anhelo del promotor de amortizar al máximo la superficie de jardín y las vistas hacia el paisaje; protegiendo a la vez la intimidad de su familia.

La primera peculiaridad del solar es su localización en la calle Paseo de Chil de Las Palmas de Gran Canaria, un escalón intermedio entre la ciudad alta y la ciudad baja desde donde disfrutar de las vistas sobre plataforma urbana junto al mar. Sin embargo, en su parte posterior la propiedad se enfrenta a un fuerte desnivel del terreno, al Sureste linda con un edificio muy deteriorado y al Noroeste con una Unidad de Actuación aún sin construir.

Sólo cuenta con 350 m2 y su forma es irregular, tendente a trapezoidal; pero quizá lo más determinante desde el punto de vista morfológico es que ya se encuentra totalmente excavada hasta el nivel de la calle cuando se recibe el encargo. La primera decisión del proyecto consiste precisamente en tratar de reconstruir la topografía original de la parcela, para situar la vivienda a la cota lo más alta posible; permitiéndole así alcanzar las mejores vistas sobre la ciudad baja y alejándola del tráfico rodado.

Dicha reconstrucción se plantea organizando el plano del jardín en tres plataformas horizontales que se escalonan paralelamente a la calle y a las vistas. Sobre la intermedia se disponen dos contenedores flotantes que le dan sombra y que, con ayuda de una piel invisible de vidrio, determinan los espacios comunitarios de la vivienda.

Espacios que se organizan mediante una gran triple altura que relaciona el subsuelo con el cielo y que atrapa un fragmento del jardín en su interior. Un gran vacío de conexión por el que fluyen el aire y la luz del sol, discurren las escaleras y se ven pasar las nubes incluso desde el sótano. Un vacío que conecta visualmente, pero que también interpone distancia para conferir independencia a los diferentes usos, dividiendo el espacio habitable en otras tres franjas paralelas a las anteriores y sobre las que establece diferentes modos de relación con el exterior.

La más próxima a la calle alberga el salón, el comedor y el porche; disfrutando directamente de las vistas hacia el paisaje, la piscina y el jardín delantero. Su piel transparente permite que desde la cocina-comedor – situada en la franja posterior – también se contemplen las vistas sobre la ciudad. Pero ese espacio en segundo término cuenta además con su propio paisaje privado y convierte el área de retranqueo al lindero en el objeto de su perspectiva transversal, conectándolo físicamente e incorporándolo a su interior.

Por su parte, los contenedores flotantes se muestran absolutamente herméticos hacia los colindantes laterales. El frontal alberga al dormitorio principal y se vuelca totalmente al mar; mientras que el posterior convierte el espacio de separación al lindero trasero en un jardín privado a disposición de los dormitorios de los niños.

En definitiva, el escalonamiento del plano del suelo, el espacio a triple altura y la posición de los contenedores flotantes respecto a las plataformas y a las vistas, junto a la piel invisible de vidrio, convierten la vivienda en un espacio abierto y fluido en todas direcciones; capaz de generar diferentes ambientes, paisajes y modos de relación entre ellos, así como con los contextos próximo y lejano.

Localización: